En uno de los muchos Eventos y presentaciones a los que suelo ocurrir salió la palabra: Autenticidad.
En cuanto la escuche mi atención fue completa. En el turno de preguntas
no pude resistir la tentación y ahonde en el tema: “¿La autenticidad
tiene que ser necesariamente positiva?”, hice una pequeña pausa para
continuar “Porque conozco a personas que son unos auténticos hijos de su
madre” (Risas en el auditorio).
Es por
ello que debemos desglosar que es la autenticidad y de que nos sirve ser
auténticos. Lo primero es admitir que en muchas ocasiones a lo largo de
nuestro día, estamos interpretando un personaje, alguien que no somos
nosotros, que no representa nuestra esencia. Alguien que quiera dar una
imagen de algo, o bien agradar, o bien conseguir alguna cosa del otro, o
simplemente tapar a nuestro verdadero Ser porque creemos que es lo que toca, lo correcto. En ocasiones el personaje tiene tan enterrado a nuestro YO que casi no nos acordamos que existe.
Mi buen amigo Andres Ortega (@Ander73 ) definió la autenticidad en varios significados. Ser autentico es:
- Ser honesto con uno mismo
- No cambiar tus valores
- Ser coherente con tu discurso
- Actuar siempre de la misma manera ante circunstancias similares
No
encuentro en nada de esto lo que inclina a la balanza hacia el lado
positivo o negativo. Un asesino pude ser honesto consigo mismo, tener
unos valores, ser coherente y actuar siempre de la misma manera, que es
matando. La autenticidad nos define como seres humanos,
arranca de nuestro interior y es lo que llevamos dentro desde hace
mucho tiempo. Esto no tiene una valoración de “bueno” o “malo”,
simplemente ES LO QUE SOY.
El termino más cercano a la autenticidad seria la Verdad, ya que alguien autentico está en consonancia con la Verdad de lo que es en esencia.
Volviendo a mi historia inicial, hay otra confusión de autenticidad con sinceridad. Como he defendido en multitud de ocasiones suelo huir de los “Sincericidas”,
que son esas personas que se “consideran auténticas” porque manifiestan
a todo el mundo su “verdad subjetiva” sobre lo que piensan,
planteándose en ocasiones escenarios de Crueldad. No
soy autentico por llamar a alguien gordo o imbécil, ya que es mi opinión
y mi forma subjetiva de ver las cosas. En este caso soy un auténtico
Hijo de puta, sin lugar a dudas.
¿Cómo impacta la autenticidad en el mundo de los negocios y en el laboral?.
Muchos grandes Emprendedores tienen marca de autenticidad. Sin ir más lejos Steve Jobs
era autentico, porque era fiel con su pensamiento, a pesar de ser
odiado por los demás, vilipendiado públicamente, despedido y maltratado,
y también dio ese trato a los que no pensaban como él. Su autenticidad
nacía de su Pasión Era coherente, honesto con sus
ideales, actuaba siempre de una manera similar y nunca dejo sus
principios básicos, a nivel empresarial me refiero, ya que como ser
humano si cambio de opinión con respecto a su paternidad.
En el mundo laboral me encuentro todos los días personas que quieren “adaptarse” a
puestos de trabajo abandonando su autenticidad. Muchos de los
candidatos que observo suelen utilizar una “estrategia” de adaptación y
mimetización a lo que creen que está buscando una organización, con un
lema claro: “Yo soy al que buscas”. Un experto en captación del talento
enseguida se da cuenta de lo que está pasando con la persona que
“interpreta un personaje”, y con un buen análisis pronto encuentras
incoherencias. La mayor lacra con la que nos enfrentamos los
profesionales de Gestión de personas y atracción del talento, es la de
tener que investigar si la persona está interpretando, mintiendo,
exagerando o adaptándose a lo que creen que buscamos y deseamos.
Si una persona se incorpora a una organización sin ser autentica la relación laboral está destinada al fracaso.
Tarde o temprano saldrá el auténtico Ser Humano que estuvo oculto, y es
ahí donde se verán los verdaderos desencuentros entre quien SOY y a
quien ESPERABAN.
En la
mayoría de los procesos de incorporación de talento en mi compañía en
los que yo participo, suelo mandar este mensaje a las personas que
llegan al último tramo antes de la incorporación:
- Enhorabuena por llegar hasta aquí. Hemos visto algo en ti que creemos que aporta valor, y entiendo que te ha pasado lo mismo con nosotros.
- Estas compitiendo con
otras personas, por lo que no te puedes sentir mal si elegimos a otra
persona que no eres tú, ya que es una decisión sobre lo que consideramos
que puede aportar cada persona.
- Si finalmente decidimos que tú eres la persona adecuada
para nuestra organización espero que podamos tener una última revisión
sobre lo que esperamos de ti y tú de nosotros. Pongamos encima de la
mesa nuestras expectativas antes de empezar el camino
- Si finalmente no eres la persona elegida, estoy convencido de que hay un puesto y una empresa adecuada para ti. Está ahí y solo tienes que encontrarla.
La autenticidad nos fortalece como marca personal y nos genera una identidad con la que estamos cómodos y podemos dar lo mejor de nosotros mismos.
SOMOS,
no hacemos que somos algo diferente. Se trata de tener respeto por
nosotros mismos, para así poder llegar hacia donde queremos desde el Ser y no desde el Hacer.
Y tú ¿eres autentico?
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