"Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar
tablas o distribuir el trabajo, sino que primero has de evocar en los
hombres el anhelo de mar libre y ancho." Antoine de Saint-Exupery.
Siguiendo este precepto se establecen las bases de la dirección por valores,
que se adecúa en mejor medida a las nuevas tendencias de dirección de
empresas, con el complejo entramado que a día de hoy conllevan.
La Dirección por valores (DpV) es una herramienta
renovada de liderazgo estratégico basada en valores, es decir, es un
dialogo sobre los valores, una forma de entender y aplicar conocimientos
y experiencias. La dirección por valores introduce la dimensión de la persona dentro del pensamiento directivo en su práctica diaria,
y humaniza el propósito básico de la empresa ofreciendo un marco global
que permite rediseñar continuamente la cultura de la empresa de forma
que se generen compromisos colectivos por proyectos nuevos e
ilusionantes.
La finalidad de la dirección por valores es al de simplificar, orientar y comprometer:
- Simplificar: Absorber la complejidad organizativa derivada de las crecientes necesidades de adaptación a cambios a todos los niveles de la empresa, haciendo que trabajar sea más práctico y dinámico.
- Orientar: Encauzar la visión estratégica del conjunto hacia donde ha de ir la empresa en el futuro.
- Comprometer: Integrar la dirección estratégica con la política de personas (recursos humanos), con el fin de desarrollar el compromiso por un rendimiento profesional de calidad en el día a día con una mayor implicación profesional y emocional, haciendo que el trabajador sea y se sienta parte de la empresa y de las decisiones tomadas.
El objetivo final de este sistema de valores, es potenciar la creatividad individual
y de equipo frente al sistema actual encasillado en normas que no dejan
que el trabajador pueda aportar nada nuevo si no infringe alguna
normal, lo que acaba encasillando al trabajador en tareas ordenadas y
continuas, que no le permiten mejorar ni individualmente, ni aportar
mejoras a la empresa.
De ahí, marcando unos valores en lugar de unas normas, el trabajador,
respetando esos valores, que a priori generan un sistema de trabajo más
caótico que el de las normas establecidas, permite una libertad adicional para que el trabajador sea más creativo
en sus ideas, procesos y modo de trabajar u organizarse, lo que
conlleva un aumento del rendimiento. La dirección por valores resulta en
un sistema social caótico, y el caos potencia la creatividad.
Por eso, la dirección por valores es un sistema impredecible
en el sentido de que no puede predecirse con certeza su comportamiento
futuro, y es abierto, por el intercambio de energía y materia con su
entorno. Esto le atribuye dinamismo, pues sus propiedades cambian con el
paso del tiempo, y esos cambios son evolución continua irreversible con
resultados impredecibles, pero mayores a la suma de sus partes.
En la dirección por valores, debemos establecer unos valores, pero también unas metas que sean realistas, que no sean de ni excesivamente sencillas o excesivamente complejas,
pues en ambos casos generaríamos falta de motivación. Estos objetivos,
por supuesto, deben ser decididos, o al menos aceptados por quien ha de
cumplirlos.
La dirección por objetivos propone de un modo u otro seguir los siguientes pasos:
- Definición de objetivos identificando variables críticas de éxito, indicadores de medición y los niveles actual y deseado.
- Desarrollo de planes de acción, marcando etapas para cada grupo de tareas y las relaciones entre cada uno, además de designar quienes son los responsables y los recursos necesarios.
- Realización de revisiones periódica, basándose en un sistema de control.
- Evaluación de resultados anuales al finalizar el ejercicio económico.
En resumen, la dirección por valores es un sistema
caótico donde se potencia la creatividad, y donde se sustituyen las
normas por valores, dejando más margen de maniobra al empleado para que
pueda ejercer esa creatividad y aplicarla en sus tareas, en su manera de
hacer, y que de este modo incremente su productividad personal, y en la
suma, la de la empresa.
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