miércoles, 11 de julio de 2012

¿Cómo es el directivo del Siglo XXI?

Los ejecutivos españoles destacan en el mercado internacional por su dinamismo, creatividad y dedicación frente a los de otras nacionalidades. Tener experiencia en el extranjero, compromiso ético y visión de negocio son algunas de sus características.

La figura del directivo recto, inflexible y autoritario ha quedado obsoleta. Ha surgido un nuevo perfil, mucho más acorde con las nuevas tendencias y que destaca por tener conocimientos tecnológicos, practicar la escucha activa con sus trabajadores y ser autocrítico con su trabajo. Miguel Portillo, director asociado de Michael Page Executive Search, considera sobre los directivos españoles y su papel en el mercado internacional que, a pesar de que las compañías muestran un especial interés por los candidatos extranjeros, los directivos españoles «son diamantes para las organizaciones». Además, añade que son más «dinámicos, trabajadores y creativos».

Las claves del alto directivo del Siglo XXI son:

Óptima formación. Es importante que tenga experiencia internacional, un alto nivel de idiomas, habilidades tecnológicas y experiencia profesional conforme a su puesto. Las buenas referencias que haya acumulado a lo largo de su trayecto profesional también son muy apreciadas.

Profesional con valor y con valores. Tiene que tener compromiso ético y comprender que sus decisiones impactan en su entorno, de manera que él mismo será una referencia y el primer responsable en la gestión de los recursos humanos. Además, tiene que ser valiente, rápido, eficaz en la toma de decisiones, imparcial y autocritico con su trabajo.

Profesional ganador. Es importante que tenga visión de negocio y esté orientado a resultados, además de contar con una visión global estratégica y operativa. Tiene que tener intuición, ser resolutivo y encontrar retos y oportunidades en la adversidad.

Debe ser un buen coach. Es importante que practique la escucha activa, que sea accesible y capaz de detectar, atraer y saber retener el talento. Además, tiene que ser capaz de delegar poder y autoridad a los subordinados y de conferirles el sentimiento de que son dueños de su propio trabajo, lo que se denomina «Empowerment».

Habilidades sociales. Debe ser carismático, tener empatía, liderazgo, inteligencia emocional, capacidades de negociación, buen «approach» y una imagen adecuada.

Empleable. Debe ser polivalente y flexible, funcional, con capacidad de adaptación, buen gestor de la presión y de la incertidumbre y tener movilidad geográfica.

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