miércoles, 16 de febrero de 2011

Cómo aprender a superar las caídas con elegancia

La resiliencia es la capacidad humana de resistir, encajar y superar las caídas. Aquellos que son capaces de hacer frente a las adversidades con entusiasmo y flexibilidad poseen una habilidad muy demandada en las organizaciones: Cuando son presionados o caen se levantan con más fuerza y están preparados para afrontar cualquier problema. Aprender a superar los fracasos es un arte y conocer las trampas, el factor tiempo y las prioridades son algunas de las bazas imprescindibles.

Decir que el ser humano es imperfecto por naturaleza no es nada nuevo. Tropieza desde sus primeros pasos y la experiencia, si bien le ayuda a caminar con más seguridad, no garantiza una caída. Stanley Bendelac explica en un breve ensayo titulado Lo importante no es cómo te caes sino cómo te levantas , las claves para sobrevivir y utilizar cada contratiempo, cada palo profesional o personal en una aliciente para seguir avanzando. En su opinión, “la diferencia en cuanto a los niveles de felicidad que alcanzamos en la vida reside en cómo nos levantamos de las múltiples caídas que sufrimos en el ámbito personal, emocional, profesional, social e intelectual a lo largo de los años”.

¿No ha cumplido objetivos? La clave para resistir y poder seguir adelante depende en buena parte de presionar las palancas adecuadas. Entre ellas se encuentran la autoestima, la capacidad intelectual para analizar la situación, la reputación y también el conjunto de personas que están dispuestas a ayudarnos. Los superjefes y los superempleados no existen. Si no conseguimos llegar o estamos a punto de caer, ¿por qué no pedir ayuda?

Bendelac dice que también hay que tener mucho cuidado con las trampas, los errores que cometemos que nos hacen caer. Napoleón solía decir eso de ‘vísteme despacio que tengo prisa’; y precisamente son las prisas las que, a menudo, provocan una y dos caídas. Una parada a tiempo, un análisis de diez minutos puede evitar caer en trampa.

En último lugar se encuentra el tiempo, un valioso aliado que se puede convertir en un enemigo atroz. Bendelac asegura que cuanto más pronto nos centremos en levantarnos, antes lo lograremos. Por este motivo, conviene dejar a un lado los lamentos y las posibles razones de la caída, lo que importa es levantarse con fuerza y energía, “cuanto más activos, constructivos y competitivos seamos, mejor nos sentiremos. Y sentirse bien es básico para acometer la remontada”.

Este original ensayo ilustra las caídas y remontadas con ejemplos personales y empresariales. Una terapia muy constructiva que ayuda a ver la vida y el trabajo con una óptica más sana. En el epílogo enumera unas reglas de conducta muy útiles para levantarse después de una caída, porque lo que importa no es el aterrizaje, sino remontar el vuelo para no volver a caer.

Los consejos
1.- Invierte en tu imagen y en tu reputación.
2.- Haz que tu autoestima esté siempre en un nivel alto.
3.- La humildad en tus enfoques siempre te ayudará. La autosuficiencia y la prepotencia siempre te perjudicarán.
4.- Que la generosidad forme parte de tu escala de valores.
5.- Que tu mente puede ser más creativa de lo que piensas. Confía en la creatividad y en tu intuición.
6.- No dejes que la procrastinación (dejar para mañana tareas que deberías hacer hoy) sea un elemento estable en tu modus vivendi.
7.- Quiere a tu gente.
8.- No olvides la importancia del humor.

EL LIBRO
Título: Lo importante no es cómo te caes sino cómo te levantas
Género: Ensayo
Editorial: LoQueNoExiste

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