jueves, 29 de abril de 2010

Las empresarias, mejores que los empresarios

La máxima preocupación en el trabajo de las mujeres empresarias son sus empleados y, por eso, se resisten a hacer despidos y a poner en funcionamiento Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). De hecho, se descapitalizan para poder sostener la estructura de su plantilla.


Así se desprende del estudio Impacto de la actividad empresarial femenina en la economía española, elaborado por la Organización de Mujeres Empresarias y Gerencia Activa (OMEGA) a petición de la Fundación Banesto, que se ha presentado hoy en un acto al que ha asistido, entre otros, la secretaria general de Políticas de Igualdad, Isabel Martínez.

Su responsable, Beatriz Alonso, ha afirmado que el estudio se ha realizado a través de 628 cuestionarios de un universo de 1.800.000 mujeres, y refleja que el 69% de las empresarias aportan a la economía de sus hogares entre la mitad y la totalidad de sus ingresos.

El estudio asegura que las mujeres hacen una aportación pecuniaria “muy importante” al país y, según los indicadores estadísticos, la mayor contribución de las empresas dirigidas por mujeres se produce en el sector servicios, el más relevante en España.

El documento alerta además de las dificultades que ellas encuentran a la hora de obtener financiación externa en comparación con los hombres. Las empresarias crean negocios “más sólidos y fuertes”, aunque el crecimiento suele ser menor que el de las compañías en las que el propietario es un hombre, ya que asumen “menos riesgos” y son más prudentes.

El informe detecta una clara preocupación por la situación de los puestos de trabajo de los equipos que las empresarias tienen en sus negocios. Esto se plasma, por ejemplo, en sus propuestas de medidas de emergencia para conservar la mayor cantidad de empleos, tales como la reducción de horarios y de jornadas o la congelación de salarios y, en algunos casos, en la reducción de los sueldos que son muy elevados. Asimismo, una de sus mayores preocupaciones es la ruptura del diálogo social.

Obstáculos
La barrera de entrada más significativa con la que se encuentran las mujeres empresarias es “la carga fiscal y los impuestos” en el momento de crear su compañía. Del estudio cualitativo se extrae que deciden fundar sus empresas por la necesidad de generar su puesto de trabajo y poder compatibilizar su vida personal y laboral, mientras que el cuantitativo muestra que para el 70% de ellas su motivo principal fue “el deseo de logro personal”.

El objetivo más valorado por las empresarias es la mejora del servicio a sus clientes, seguido de las actuaciones de acuerdo a la normativa; los menos valorados son “el crecimiento de la empresa” y la responsabilidad hacia el medio ambiente.

Las mujeres emprendedoras, que en un 94% de los casos reconocen que también desempeñan tareas domésticas en sus hogares, creen que las claves de su éxito se deben al capital humano, a su perseverancia, su motivación y su formación.

Además, el estudio reflexiona sobre la importancia del trabajo no remunerado de las mujeres que se traduce en un inteligente ahorro al Estado, ya que según la investigación, el valor de estas tareas supera los 200.000 millones de euros, de los que la mujer es responsable del 73% del total.

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